🔵 VAYA CONTRADICCIÓN en la que está metido Carlos García, el gran perdedor de la contienda del 2 de junio, pues ahora resulta que pretende elevar a 10 pesos el costo del pasaje en las rutas urbanas del transporte público. Es, sin duda alguna, una venganza contra la ciudadanía que desmorona y deslegitima el recurso de revisión que el mismo Carlos interpuso ante el Tribunal Estatal Electoral del Estado de Guanajuato y ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Si según él no perdió, ¿para qué afectar a la ciudadanía con un aumento tarifario sin previo aviso? Es una situación políticamente incomprensible que solamente confirma una cosa: la derrota democrática y jurídicamente ratificada de Carlos García, quien desahoga toda su frustración con un castigo monetario que desatará una ola de discusiones y polémicas entre el gremio de transportistas y las actuales autoridades municipales que, jamás, ni por asomo, elaboraron un estudio mínimo de movilidad para justificar el aumento.

🔵 LA CIUDADANÍA YA EMPIEZA a creer que Carlos García tratará de arrebatar todas las cuotas y todos los ingresos extra que pueda antes de que su endeble mandato termine. Ya no tiene de otra: doblar las manos e intentar reinventarse o seguir alegando y jalarle la cola a la “vaca gubernamental” que lo alimentó durante estos tres fatídicos años. Cualquiera de ambas opciones lo quemarán en la hoguera del rechazo público, porque no aceptó su derrota en las urnas, lloró, pataleó ante los Tribunales sin argumentos válidos ni pruebas consistentes y terminó por impulsar un aumento al pasaje como acto vengativo para tratar de eludir las críticas que pesan contra él y dirigirlas hacia el gremio de transportistas. Ya no puede reinventarse porque ni siquiera lo hizo durante su grisácea y antigua campaña electoral de acarreo y simulación. Ya no puede doblar las manos porque se las doblaron desde que metió las manos al cajón para desviar recursos y ya no puede jalarle la cola a su Administración porque arrastra deudas y compromisos que contrajo desde junio por el artificios y engañoso ambiente triunfalista que su asesor colombiano le creó para llevarlo directo y sin escalas a una derrota ya prevista por todo el mundo y nunca augurada por él. Carlos García jamás monitoreó ni midió a su rival y prefirió dormirse en esa cama de comodidad y soberbia que el mismo cargo público genera cuando gobiernas con un ojo y no juegas como candidato con el otro. El estrabismo político hizo de las suyas para bajar a Carlos García de su nube (y ni el ex regidor capitalino Camacho lo salvó del fracaso).

🔵 ELEVAR el pasaje a 10 pesos de un momento a otro y sin avisar no es más que un suicidio político que Carlos García comete frente a esa frustración de haber perdido por un margen que agudiza aún peor el dolor y el sabor amargo de la derrota. Si según él no perdió, ¿por qué se está animando a jugársela sin red de protección por el aumento al pasaje? He ahí lo contradictorio de su discurso y he ahí lo evidente de su fracaso en el intento de pervivir tres años más sin resolver el problema de la basura, sin castigar a los funcionarios acosadores y sin explicar dónde están todos esos millones extraviados o cuyo destino nunca de los nuncas se ha comprobado. Aún bajo tierra, ¿Carlos García pretende burlarse de la ciudadanía o su cinismo ya rebasó por mucho los límites de la decencia? Es una pregunta que huele a descomposición política dentro de la camarilla de Carlos García y Mauricio Verver. Mientras Carlos García se seca las lágrimas y prepara sus maletas para irse, es muy probable que el pasaje del transporte público aumente. ¿Se consuela a sí mismo con el aumento o se venga de la ciudadanía por el voto de castigo con el que de su propio paraíso lo expulsaron?