La situación de emergencia provocada por el virus COVID19 ha trastornado todas las actividades del país, provocando grandes pérdidas económicas y originando incertidumbre en todos los aspectos de la vida cotidiana. Esto, en el marco del próximo proceso electoral, obliga a cambiar el paradigma en la forma de hacer campaña.

Es obvio que con la sugerencia por parte de las autoridades sanitarias de no realizar eventos multitudinarios sería políticamente incorrecto que los candidatos promovieran este tipo de eventos en sus campañas y, adicional a ello, la gran mayoría de los electores optaría por no asistir a un mitin, por miedo a un posible contagio.

¿Cuáles son entonces las opciones que permiten al candidato ser conocido por sus electores y dar a conocer sus propuestas, su plataforma y sus compromisos? ¿Cómo puede un candidato interactuar con el electorado y conocer sus demandas, su sentir respecto a sus propuestas?

Por supuesto, la respuesta son los medios electrónicos e impresos, pero con el férreo y exagerado control que la norma electoral le ha impuesto a la radio y la televisión, la muy poca penetración que tienen los periódicos entre la población y el enorme crecimiento en el número de personas que tiene acceso a internet en México (80% según la OCDE), la única opción viable es llegar al elector a través de su teléfono inteligente, utilizando las diversas opciones de redes sociales y las aplicaciones de comunicación.

La idea es convertir a los teléfonos en verdaderos vehículos de comunicación entre el candidato y los electores, tomándolos como una herramienta interactiva entre ambos que permita, por un lado, lograr que el candidato pueda hacer llegar su propuesta, sus compromisos y su mensaje al electorado y, por el otro, que pueda representar también el medio por el que los electores puedan comunicar al candidato su sentir con respecto a las propuestas y también hacerle llegar sus necesidades.

Mensajes de Whatsapp y Telegram, así como el uso de Facebook, Twitter e Instagram, convierten a esta estrategia en la mejor manera para interactuar con el electorado. De igual forma, el uso del mensaje masivo hacia un determinado grupo de móviles ayuda a generar más presencia del candidato en el sentir del elector.

Hoy en día, el teléfono móvil es el medio con más penetración en todo el mundo y México no es la excepción. En nuestro país, el índice de líneas telefónicas por habitante es el segundo más grande del mundo, sólo por debajo de los Estados Unidos, donde hay el mismo número de líneas telefónicas (fijas y móviles) que habitantes. No utilizar esta herramienta potencial en estos momentos es un gran desperdicio a nivel de estrategia y penetración, sobre todo considerando que es más barato utilizar estos recursos que lo que se invierte en una campaña tradicional.

Todas estas estrategias se han usado exitosamente en varias campañas electorales a nivel mundial, siendo las más conocidas la de Rodríguez Zapatero, en España, y las de Barack Obama y Donald Trump, en Estados Unidos. Y lo importante es que sean instrumentadas por personas con experiencia electoral, tecnológica y social.

La idea es que el candidato esté siempre presente y sea conocido por sus propuestas y compromisos. La era del mitin masivo está llegando a su fin, el elector ha evolucionado y el candidato debe seguirlo.