Silao no pudo ser de vanguardia ni podrá caminar hacia la evolución sin una “carta de navegación” que ayude a mejorar el sistema de transporte público o que ayude a descubrir qué cosas hacen falta para desfogar el creciente río vehicular que ahoga a la zona centro, cada vez más parecida a un laberinto.

La ciudad sufre sin documentos tan básicos como el Plan de Movilidad Urbana. Si la ciudad no tiene infraestructura vial ni normativa actualizada para afrontar los retos del presente en cuestiones tan esenciales como la expansión de la mancha urbana y la compleja red de interacciones y desplazamientos dentro de ella, mucho menos está preparada para el futuro. Pedirle al todólogo Carlos García que se ponga a exigir la elaboración del Plan de Movilidad Urbana equivale a pensar en la teletransportación, la inmortalidad o un viaje sideral, temas igualmente vagos, vaporosos e inciertos.

El transporte público sería, por antonomasia, el eje vertebral de ese Plan de Movilidad Urbana, pero la prestación de dicho servicio depende de los caprichos de un grupúsculo empresarial que cada trienio ejerce coacción sobre el área de Transporte Municipal. Aún hay autobuses viejos, autobuses cuyas condiciones físico-mecánicas rompen cualquier molde regulatorio y cualquier marco lógico. Ese pequeño grupo del empresariado transportista modifica reglas a su antojó, quita titulares de Transporte y reescribe acuerdos municipales en su mesa. Y lo puede hacer sin prisas ni presiones porque no hay Plan de Movilidad Urbana, no hay ordenamientos inalterables ni Alcaldes que sí se fajen el pantalón.

A Carlos García ni le va ni le viene, sino todo lo contrario. Así como van las cosas, se ve que Silao no le importa.

Es un caos.

¿Cómo pretende impulsar el teleférico del Parque Bicentenario al Cerro del Cubilete si no hay Plan de Movilidad?
¿Cómo pretende mejorar el servicio de recolección de residuos si no tiene un plan maestro de movilidad?
¿Cómo logrará reordenar el centro de la ciudad si el Municipio no tiene Plan de Movilidad?
¿Por qué tratar de poner nuevos parasoles si ni siquiera hay Plan de Movilidad?
¿Cómo llegará esa evolución que tanto presume si no hay Plan de Movilidad?

No hay coordinacion entre el Instituto Municipal de Planeación (IMPLUS) y la Comisión de Seguridad del Ayuntamiento para elaborar ese Plan de Movilidad. No hay estudios técnicos ni consultas populares que abarquen el espectro del transporte en su totalidad. No hay interés del Alcalde, no hay ganas de bajar a piso ese presuntuoso —y aún lejano— término “evolución”.

Decenas de comunidades rurales, medianas y pequeñas, no gozan del servicio de transporte público y más del 90 por ciento de las concesiones otorgadas para la prestación de dicho servicio no cumplen con los lineamientos estipulados. Hay camiones viejos en circulación cuya vida útil ya feneció y hay viejos estándares cuya aplicabilidad práctica ya caducó.

Carlos García está fallando y vive en el pasado.
Silao va para atrás.
Silao no evoluciona.

➡️ SIGUEN DEFICIENCIAS EN EL TRANSPORTE PÚBLICO