Ante el temor de ser sustituido por el abogado Rudy Rodríguez Cortés, el secretario de Ayuntamiento, Rogelio Santoyo, orquestó una jugada contra el tesorero municipal, Mauricio Verver, con el objetivo de bombardear y desestabilizar al equipo de confianza del alcalde Carlos García. Una operación rusa en la política rupestre. Golpe contra el círculo cero del Presidente.

Por sus buenos oficios en el cuadrilátero juridico, Rudy Rodríguez se convirtió en el asesor de cabecera de Carlos García. Y eso le preocupó (y no deja dormir) a Santoyo, quien pretende ser el próximo candidato del movimiento MORENA a la Presidencia Municipal de Silao.

Al terminar su encomienda como director general del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Silao (SAPAS), Mauricio olvidó devolver una laptop y, con el paso de los años, ese pequeño desliz le trajo problemas. Como Vladimir, Santoyo no dudó ni tantito y activó el misil en su primera batalla por el dominio del tablero municipal.

La regidora del Verde, Luz Ibarra, también supo aprovechar el “boquete legal” y exigió la destitución inmediata de Verver, colaborador de las más íntimas confianzas de Carlos García desde su primer trienio como alcalde de Silao (2000-2003), cuando ambos sentían el panismo católico a flor de piel.

En estos ejercicios de elasticidad política, Luz Ibarra exigió destituir al Tesorero Municipal, con tal de garantizar la permanencia de Ana Daniela López dentro del Consejo Directivo del SAPAS y posibilitar el regreso a dicho órgano del ex candidato ecologista a la Alcaldía, Jesús Bolaños. Es decir, dos pájaros de un tiro.

El secretario de Ayuntamiento, Rogelio Santoyo, en su faceta priista.

Si la dupla integrada por Carlos García y el pastor morenista Ricardo García Oseguera no se sienta a revisar bien a bien la situación del SAPAS, el frente que encabeza Rogelio Santoyo dentro de la ola ex panista de MORENA comenzará a cobrar más y más auge en eso de los protagonismos y los tiros a gol. Recuérdese que la alternancia se puede dar dentro de un mismo partido y que, en estos momentos de veda promocional y restricciones difusivas, el morenismo parece más una calca del PAN que una fiel representación del corazón obradorista.

El golpe contra Verver está dado y no vino precisamente desde el antagónico PAN, sino desde un cubículo muy importante del mismo Palacio Municipal. 20 años después, la rivalidad entre Santoyo y García vuelve a surgir con aquella misma rispidez y justamente una vez que concluye la fase de enamoramiento ciudadano conocida como «luna de miel» (o «honey moon”, para los políticos que van de compras a San Antonio, Texas). Una vez que concluye la temporada “lunamielera”, el puntaje del Alcalde en turno comienza a menguar, decrece, y puede terminar en polvo. Los gobiernos empiezan en cama tamaño king size y, por lo común, terminan en catre, hamaca o sleeping bag.

No se les olvide, por ejemplo, que Santoyo acudió al Informe de los primeros 100 días de gestión de Lorena Alfaro, alcaldesa panista de Irapuato que —al igual que Alejandro Navarro y Alejandra Gutiérrez— sobresale como aspirante natural a la Gubernatura. ¿Por qué asistió el Secretario de Ayuntamiento y no lo hizo el Alcalde? Misterio que huele a desorden en la agenda presidencial y a más ganas de reinar por parte de Santoyo que del mismo Alcalde.

El secretario de Ayuntamiento, Rogelio Santoyo, en el Informe de los primeros 100 días de la alcaldesa irapuatense, Lorena Alfaro.

A menos de 150 días de su toma de protesta, Carlos García aún no entiende que político que se esconde va perdiendo puntos. Y entre los principales errores que cometen los gobernantes (y los candidatos punteros) están la repetición de los mismos viejos esquemas, la nula comprensión del ánimo ciudadano, la ruptura en el seno mismo de su equipo (si es que lo tiene) y, obviamente, la falta de contundencia en su participación (el Alcalde no tiene ni contundencia ni participación, y lo ha demostrado en sus soñolientas ruedas de prensa). No existen las situaciones desesperadas, sino la gente desesperada.

Bien lo dijo Alexander Suvorov: gana la capacidad sin cantidades.